Por amor a Burgos

Este fin de semana estuve en Burgos, una de las ciudades más emblemáticas en España por el avivamiento que experimentó durante los años 70 en el famoso «movimiento de Jesús» (Jesus Movement).  Cuarenta años después, alrededor de 150 jóvenes cristianos fueron convocados en la segunda edición de Origen. En la tarde del sábado nos dividimos en diferentes equipos y fuimos hacia el centro de la ciudad para levantar el nombre de Cristo.

En mi equipo habíamos 5 personas y antes de salir del local le preguntamos al Espíritu Santo que nos mostrara a dónde ir exactamente y con quién debíamos hablar.  Es probable que muchos de los que leéis mi blog penséis que esto es algo raro, pero el Salmo 139 dice que Dios sabe todas las cosas…  Él sabe lo que vamos a decir antes que lo digamos, Él conoce nuestros pensamientos aún desde lejos..   Dios sabe dónde están las personas con las que debemos hablar, cómo van vestidas, cómo se llaman y la situación específica en la que se encuentran. Él simplemente lo sabe todo.

Esta fue la lista de cosas que percibimos y escribimos en nuestro teléfono para no olvidarlo y para mostrarlo a las personas cuando las encontraramos: chaqueta verde, Carmina, fuente, bolso negro, bombilla, gafas, logotipo zona Wifi, pendientes redondos, pinturas de colores pastel (tipo Crayola), Isaac, persona sentada en un banco, lluvia, catedral, paraguas, pingüino, talón derecho, dolor de espalda y accidente de coche.

La lista en sí misma parece ilógica y sin sentido, lo interesante fue que Dios nos dio dos nombres de personas: Carmina e Isaac. Nos mostró aspectos de vestimenta: chaqueta verde, bolso negro, pendientes redondos, gafas. Nos mostró objetos interesantes: fuente, pinturas, lluvia, paraguas, pingüino, catedral y logotipo zona Wifi. No estaba lloviendo así que lo de la lluvia pensamos que no tenía mucho sentido, pero aún así lo anotamos.

Comenzamos a caminar hacia la catedral de Burgos siguiendo la indicación de la palabra catedral. En el camino deteníamos a todas las personas que veíamos con chaqueta verde pero ninguna quería hablar con nosotros.  Lo interesante ocurrió cuando vimos una fuente, había una plaza y algunas chicas sentadas en un banco. Comenzamos a hablar con ellas y una nos dijo que ella iría al cielo, después de comenzar a hablarle sobre los mandamientos de Dios nos dijo que había quebrantado todos y que iría al infierno. No quizo hablar más con nosotros así que continuamos caminando. Entonces vimos un escaparate con un cartel de pingüinos, sabíamos que estabamos recorriendo el camino que Dios nos había indicado. Pocos metros después llegamos a una plaza llamada Alonso Martínez y vimos una tienda donde vendían pinturas tipo Crayola y entonces un objeto llamó nuestra atención: una fuente donde una señora sujetaba un paragüas y del paragüas caía lluvia. Encontré esta foto en google para que podáis verlo:54166986

Sabíamos que no era casualidad y decidimos quedarnos allí. Comenzamos a hablar con algunas personas pero todos nos rechazaban. Entonces Marcos, uno de los chicos del grupo, me dijo emocionado: mira, en aquel bar hay una señora sentada en un banco, tiene chaqueta verde y bolso negro, está tomando café con una amiga. Normalmente nunca me acerco a hablar con personas que están comiendo o tomando algo en un bar, pero la descripción de todo coincidía con lo que Dios nos había mostrado, así que nos acercamos a ella y nos presentamos. Entonces nos dijo que ella no era cristiana y que no quería saber nada de nosotros los cristianos. Le dijimos que esto no era casualidad y le mostramos la lista, explicando que Dios nos había mostrado este lugar. Entonces le preguntamos si el nombre de Carmina significaba algo para ella y nos dijo que no, y le dijimos: ¿Y el nombre Isaac? Entonces ella como la otra mujer dijeron al mismo tiempo: Isaac sí, es el nombre de nuestro padre y de nuestro hermano.  Estaban sorprendidas y nosotros también. No podía ser coincidencia y lo sabían. Les preguntamos si nos dejaban orar por su padre y nos dijeron que sí. Después de orar por él le dije a esta mujer que aunque ella no creía en Dios, Él sabía quien era y pensaba en ella, que Dios la tenía en su corazón. Sus ojos se abrieron. Entonces comencé a explicarle sobre el pecado, sobre cómo vivimos en rebeldía delante de Dios y que el único que puede reconciliarnos con Dios es Cristo. La presencia de Dios era tan tangible. Mi corazón palpitaba a mil por hora. Su hermana era católica y le dijo que todo lo que decíamos era cierto. Cuando termiamos de hablarle del mensaje de la cruz se fueron, estaban muy nerviosas y salieron del bar.

En esa misma plaza vimos a un hombre cojeando, tenía problema con el talón porque le habían atropellado (accidente de coche), no quizo que oraráramos por él porque estaba recibiendo dinero por el accidente y no quería perderlo. Me hizo pensar en cómo el amor al dinero puede ser más fuerte que querer ser sanados, una realidad muy dura.

Continuamos caminando hacia la plaza mayor y entonces todos los demás jóvenes estaban ahí para tener un tiempo de evangelismo con todos, lo fuerte era que predicamos justo debajo de la única farola (bombilla) en toda la plaza que tenía un cartel de señal de wifi.  Algunos jóvenes dieron su testimonio y luego prediqué (podéis ver la foto) 486627_10151468736173618_1092544638_n. Después de predicar comenzamos a hablar con varias personas. Mi sorpresa fue encontrarme a una mujer con unas gafas muy grandes, con chaqueta verde y bolso negro.  Le pregunté como se llamaba y me quede helado cuando me contestó: Carmina.  Le mostré la lista pero tenía un corazón muy duro, me dijo que no creía en el Dios del que hablábamos y que solo creía en ella misma. Me sentí muy triste del rechazo, pero sé que algo en ella tuvo que ser impactado. Cuando terminé de hablar con Carmina me presentaron a un chico que le dolía la espalda, le pregunté cuánto le dolía del 1 al 10 y me dijo que un 7, que llevaba mucho tiempo con dolor. Entonces declaré sanidad sobre su espalda en el nombre de Jesús. El dolor le bajó a un 2. Le dije que le diera gracias a Cristo por lo que acababa de hacer y que volvería a orar para que el dolor se fuera por completo. Me dijo que no sabía cómo dar gracias, entonces le dije, si alguien te da un regalo se lo agradeces, Cristo te acaba de hacer un regalo, así que dale las gracias. Entonces el chico comenzó a decirle a Cristo que estaba agradecido. Volví a orar por él y el dolor se le fue completamente. Volvimos a orar agradeciéndole a Cristo lo que había hecho!!

Literalmente estaba en las nubes. El reino de los cielos se había acercado a Burgos y Dios nos estaba permitiendo ver cosas que ojo no ha visto antes. Esto me hace pensar en cuán importante es ser guiados por Dios en cada cosa. Necesitamos escuchar Su voz.  Sé que veremos cosas mayores, sé que nuestra fe está siendo entrenada y va aumentando poco a poco, sé que Dios está levantando una generación de jóvenes que mueren a su comodidad y que están dispuestos a predicar la cruz y sanar enfermos.  Te animo a que te atrevas a orar por otros, a confrontar a la gente con su pecado, a mostrarles la compasión del Padre y mostrarles la gracia que solo ofrece el Rey Jesús.

2 comentarios en “Por amor a Burgos

  1. victoria dijo:

    Qué bueno poder leer esto. Castilla en España es una tierra dura, pero Dios es Todopoderoso! Gloria a Su nombre y bendito sea por su gran misericordia! Animo para seguir a Cristo! Dios les bendiga.

  2. Gabby dijo:

    Yo vivo en Canada pero soy de Mexico y me da mucho gusto y me llena de animo cuando leo de los testimonios y los milagros que Dios hace en cualquier parte del mundo. Que Dios los bendiga.

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