Gracias por ser una voz que clama en el desierto de tu ciudad y por salir de tu comodidad para hablar con las personas acerca de Jesús. Me gustaría darte ocho consejos que te serán útiles cuando compartas las buenas noticias de la cruz con personas en la calle. Sigue leyendo
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Arturo, el taxista
Ayer me subí a un taxi en la Ciudad de México para ir a casa de mis padres. En el primer semáforo en rojo, el conductor sacó un libro que hablaba de la historia de Noé y el arca. La verdad es que me llamó mucho la atención y le pregunté al conductor:
– Disculpe, ¿usted es cristiano?
– Así es – me respondió el taxista
– ¡Qué bien! – Me alegré mucho de saber que el conductor era cristiano, pero al mismo tiempo recordé que hay muchas personas que asisten a iglesias cristianas pero que aún no han tenido revelación de la cruz, así que comencé a hablar con él para saber «dónde» se encontraba.
Durante mi conversación supe que el conductor se llamaba Arturo y que asistía a una iglesia… comencé a hablarle sobre la eternidad y cuando le pregunté a dónde iría si muriera esa noche, me sorprendió su respuesta: Sigue leyendo
Conversando con Thomas Antoine
Brittney y yo llegamos a París un día después del atentado al periódico francés Charlie Hebdo. Teníamos planeado predicar al aire libre en el centro de París el viernes por la tarde pero después de tales acontecimientos y del estado de shock que se respiraba en París decidimos que lo más prudente era no hacerlo.
Sin embargo, nuestra oración es que Dios nos permitiera tener encuentros divinos y que pudiéramos sembrar el evangelio en la medida que Dios nos permitiera.
Conocimos a Thomas Antoine fuera de la emblemática iglesia de Notre Dame, él estaba sentado fumando un cigarillo cuando nos acercamos a él y comenzamos a hablarle: Sigue leyendo
La cosecha se acerca a Turquía
A pocas semanas de terminar nuestro tiempo en Turquía, hoy he tenido un encuentro muy especial con Ahmet (nombre en clave), un hombre que entró al local de la iglesia durante nuestra reunión semanal de alabanza. Esto es un resumen de lo que me ha dicho:
Cuando nací me hicieron musulmán, pero yo nunca elegí serlo. El Islam nos enseña que tenemos libertad para elegir cualquier creencia, pero si decides ser cristiano te matan. Yo no quiero seguir a Alah solo porque me enseñan a tenerle miedo. Yo quiero seguir a Dios porque verdaderamente le amo. Trabajo en las fuerzas aéreas y entrar en una iglesia cristiana podría significar perder mi trabajo, pero después de mucho tiempo de pensarlo, he decidido que no me importaría perder mi trabajo si conozco al Dios verdadero. Quiero conocer a Dios de verdad. Sigue leyendo
Testimonio de una noche de evangelismo en Turquía
Llevo algunos días meditando en la situación actual de Turquía y en lo que parece que será el futuro de este país.
Algunas personas y líderes cristianos de este país dicen que es probable que el radicalismo islámico crezca y la persecución a los cristianos aumente de formas similares a las que ha ocurrido en países vecinos como Irán o Iraq.
Uno de los pensamientos recurrentes que he tenido durante estos días es que si realmente hay una persecución severa a los cristianos (aunque en algunas zonas del este de Turquía ya existe ese tipo de persecución), lo primero que el gobierno intentará hacer es deshacerse de la Biblia y cerrar puertas para que los turcos tengan acceso a la Biblia, ya que ha sido algo que ha ocurrido en los países vecinos. Sigue leyendo
Cinco ventajas de servir en comunidad
Estamos terminando el primer tercio de nuestro tiempo en Turquía y quería aprovechar para escribir algunas cosas que he aprendido durante este tiempo viviendo y ministrando en comunidad.
Una de las particularidades de este viaje es que hemos venido a servir como grupo y no como individuos. Durante este primer mes me he dado cuenta de lo maravilloso que es trabajar en equipo y de lo agradecido que estoy con Dios por habernos dado esta oportunidad. Estas son 5 cosas que he aprendido de vivir y servir en comunidad:
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Un testimonio de Turquía
Hace dos semanas durante el tiempo de evangelismo con la iglesia local en la que estamos sirviendo en Turquía, conocí a un grupo de jóvenes universitarios. Mientras hablábamos con ellos comenzó a dolerme la cabeza muy fuerte, así que pensé que quizá alguno de ellos tenía dolor y les pregunté. Una de las chicas del grupo dijo que sufre de migrañas, entonces le pregunté si podía orar por ella y me dijo que sí. Después de orar estuvimos hablando un poco más y luego nos despedimos de ellos.
Al día siguiente, después de la reunión en la iglesia, estábamos con otros dos jóvenes turcos que habíamos conocido tiempo semanas antes. Los dos jóvenes habían venido a la iglesia y después de la reunión fuimos a comer con ellos. Después de comer fuimos a buscar una cafetería y mientras caminábamos vimos una que nos llamó la atención. Entramos ahí y para nuestra sorpresa se encontraban los universitarios que el día anterior habíamos conocido en la calle. Sigue leyendo
Justicia viene por creer, no por hacer
Muchas personas con las que hablo en la calle e incluso en la iglesia piensan que tienen que «hacer» algo para que Dios perdone sus pecados. Algunas personas me han dado respuestas como: «Voy a intentar ser mejor, intentaré dejar mi pecado y Dios me va a perdonar».
No hay nada en nosotros lo suficientemente poderoso para poder quitarnos el pecado por nosotros mismos. Sigue leyendo
Orando en la Fnac
Ayer fue un día muy interesante, de esos donde la paciencia es probada desde que te levantas. Por la mañana fui al banco y un tramite que normalmente tarda 5 minutos tardó casi una hora. Perdí el autobús un par de veces y el metro tres.
Por la tarde tenía que estar en la Sala de Oración a las 17:00h, así que como tenía que ir al centro, aproveché para llevar un ordenador al servicio técnico de la Fnac (una tienda de aparatos electrónicos, música, etc..) que se encuentra a unos minutos caminando de la Sala de Oración. Llegué a la Fnac a las 16:40 más o menos y Daniel, el chico encargado del servicio técnico, me dijo que tardaría 15 minutos en arreglar mi ordenador, por lo cual decidí dejar el ordenador y tomar un café mientras esperaba a que lo arreglasen.
Para mi sorpresa, cuando fui a recoger mi ordenador, Daniel me dijo que estaba dando otros problemas y que tardaría un poco más. El tiempo comenzó a pasar.. 20 minutos más, 30 minutos.. 1 hora.. yo estaba muy nervioso (aunque había avisado a la Sala de Oración que llegaría tarde), pero de repente pensé que no era casualidad que todo estuviera tardando más de lo normal y que seguramente Dios querría hacer algo. Sigue leyendo
O todo o nada
Ayer tuve la oportunidad de hablar con dos hermanos adolescentes, Karen y Daniel. Ellos paseaban a su perro cuando mis amigos y yo los vimos. Entonces me acerqué a hablar con ellos y a hacerles preguntas acerca de su eternidad.
Para mi sorpresa, ambos sabían que la consecuencia de su pecado era el infierno y podía ver convicción de pecado sobre ellos. Entonces comencé a hablarles de la cruz y lo que Cristo hizo por nosotros.
«Yo también he quebrantado todos los mandamientos y merezco el infierno, igual que vosotros» – les dije. «…pero también se que Dios quiere salvarnos y que no quiere que nadie vaya al infierno, por eso vino Cristo a morir por nosotros».
Después de explicarles acerca del arrepentimiento de pecados y de poner toda nuestra fe y confianza en Jesús, Karen me dijo que quería darle su vida a Cristo. Aunque al principio le daba vergüenza orar en la calle, comenzó a pedirle a Jesús que la perdonara.
Después de la oración de Karen, le pregunté a su hermano Daniel si él también quería darle su vida a Cristo y me respondió: «Supongo que sí».
Algo en mi corazón se sacudió por su respuesta y le dije: «Con Cristo no suponemos.. o le damos nuestras vidas por completo o decidimos no dársela, pero no suponemos.. no hay medias tintas con Jesús. «
Es muy importante explicarles a las personas la importancia de que a Jesús no le entregamos parte de nosotros sino a nosotros mismos. Cada persona debe contar el costo y valorar si quiere darlo todo. Jesús es el Rey de Reyes.. y Él es digno de que todo nuestro ser sea suyo.
Después de explicarle a Daniel que con Jesús no «suponemos», le volví a preguntar: ¿Quieres darle toda tu vida a Cristo? Y Daniel me dijo que sí, entonces Daniel comenzó a orar en la calle pidiéndole a Jesús perdón y misericordia, fue algo verdaderamente bonito y especial.