Estamos terminando el primer tercio de nuestro tiempo en Turquía y quería aprovechar para escribir algunas cosas que he aprendido durante este tiempo viviendo y ministrando en comunidad.

Una de las particularidades de este viaje es que hemos venido a servir como grupo y no como individuos. Durante este primer mes me he dado cuenta de lo maravilloso que es trabajar en equipo y de lo agradecido que estoy con Dios por habernos dado esta oportunidad. Estas son 5 cosas que he aprendido de vivir y servir en comunidad:

• Avanzamos más rápido. En grupo nos movemos como cuerpo y no como miembros independientes, por lo tanto avanzamos más rápido. Es maravilloso ver los diferentes dones espirituales fluyendo entre nosotros, complementándose y usándose en el beneficio de todos y siempre para que Cristo sea glorificado. Uno intercede, otro recibe una palabra de ciencia, otro sabe explicar muy bien el mensaje de la cruz.. ¡Los dones se multiplican cuando funcionamos como cuerpo! Si yo y mi esposa hubiéramos venido solos a este país no podríamos haber avanzado a la misma velocidad que viniendo con un grupo.

• Tenemos la oportunidad de servirnos unos a otros y seguir el ejemplo de Cristo. Hacer misiones en comunidad nos permite ser menos egoístas y pensar más en los demás. Vivir en comunidad es un reto porque no te mueves solo, pero al mismo tiempo es una gran oportunidad de crecer en tu carácter y dejar que el Espíritu Santo trabaje en tu vida. Me imagino a la iglesia primitiva compartiendo todas las cosas los unos con los otros, vendiéndolo todo y trayéndolo a los apóstoles, obsesionados por traer el reino de Jesús en Jerusalén, Samaria y hasta lo último de la tierra.

• Estamos en constante aprendizaje. El hierro con hierro se afila y mientras aprendemos los unos de los otros podemos avanzar más en nuestro caminar con Dios y en traer el reino. Cada que veo a uno de mis amigos orar por alguien, profetizar sobre alguien, recibir una palabra de ciencia.. estoy en constante aprendizaje. Además de que el hambre de Dios de uno contagia a otro. Me encanta escuchar a mis amigos mientras me explican lo que Dios les ha hablado en la Biblia, o un testimonio, o simplemente ver cómo se enamoran más de Cristo.

• Nos cuidamos y nos protegemos. Dos son mejor que uno y eso lo he visto durante estas semanas viviendo en comunidad. Hay una cobertura especial en vivir en comunidad. Podemos rendir cuentas entre nosotros, protegernos en la calle, estar pendientes de animar al que se desanima. Ser parte de un equipo nos protege y estoy agradecido a Dios por ello!

• Damos confianza a los demás.  Algo que he notado es que a los jóvenes musulmanes les cuesta menos confiar en un grupo de jóvenes que en una sola persona. Algo en ellos se pregunta: ¿Por qué tantos jóvenes han venido a este país para hablarme de Cristo? No es lo mismo escuchar un testimonio que escuchar el testimonio de 12 jóvenes.. En este mes hemos visto como vidas están siendo impactadas por ver a nuestro grupo vivir y servir juntos.

Te animo a que busques oportunidades de servir con alguien más. Busca amigos que amen a Dios con todas sus fuerzas y aprende de ellos, contágiate de su hambre por más del Espíritu Santo. No camines solo.. no intentes conquistar el mundo tu sólo… nos necesitamos los unos a los otros y Dios nos ha regalado la bendición de ser parte de un cuerpo donde cada miembro es necesario y único, y funcionando en conjunto muestra la gloria de Cristo.