Hace dos días Brittney me dio un papel donde escribió una imagen que había tenido para mi viaje en Líbano.
La visión que tuvo Brittney era de «una iglesia católica o episcopal, algo parecido a una capilla pequeña, rodeada de árboles. En un monte.. y ahí haremos contactos.»
Esta tarde en Beirut comenzamos a subir una cuesta y llegamos a una universidad, dentro de la universidad encontramos una capilla rodeada de árboles. Estábamos bastante sorprendidos y sabíamos que Dios quería que habláramos con alguien ahí. Fue entonces cuando conocimos a Ryan, un joven musulmán que está estudiando en esa universidad.
Comenzamos a hablarle acerca del momento que estaremos delante de Dios y todo lo que hemos hecho saldrá a la luz. Ryan era consciente de su pecado y sabía que era culpable. Entonces comencé a hablarle acerca de que había alguien que había ocupado su lugar y pagado por él. Ryan no podía entenderlo y una y otra vez me decía que no era justo que nadie pagara por él. Le expliqué que Cristo es el único que podía pagar por nosotros porque él fue el único que nunca pecó.
Ryan parecía estar confundido por lo que le decía, y se notaba una lucha que tenía en su mente ya que toda su vida le enseñaron que nadie puede pagar por ti. La verdad es que una vez más me di cuenta que si el Espíritu Santo no nos revela a Cristo como Salvador nunca podremos verlo por nosotros mismos. Le ofrecí un Nuevo Testamento a Ryan y para mi sorpresa lo aceptó! Lo abrió y comenzó a leer, aunque sus amigos llegaron en ese momento.
Por favor ayúdenme a orar para que el Espíritu Santo siga convenciéndolo de su pecado y para que tenga hambre por leer el Nuevo Testamento que le dimos. Sabemos que a nosotros nos tocó sembrar en su vida pero solo Dios puede dar el crecimiento.
Nada se compara a compartir el mensaje de la cruz con otras personas. Y aunque no siempre nos toca ver el fruto, sabemos que Su Palabra ¡nunca vuelve vacía!