A pocas semanas de terminar nuestro tiempo en Turquía, hoy he tenido un encuentro muy especial con Ahmet (nombre en clave), un hombre que entró al local de la iglesia durante nuestra reunión semanal de alabanza. Esto es un resumen de lo que me ha dicho:

Cuando nací me hicieron musulmán, pero yo nunca elegí serlo. El Islam nos enseña que tenemos libertad para elegir cualquier creencia, pero si decides ser cristiano te matan. Yo no quiero seguir a Alah solo porque me enseñan a tenerle miedo. Yo quiero seguir a Dios porque verdaderamente le amo. Trabajo en las fuerzas aéreas y entrar en una iglesia cristiana podría significar perder mi trabajo, pero después de mucho tiempo de pensarlo, he decidido que no me importaría perder mi trabajo si conozco al Dios verdadero. Quiero conocer a Dios de verdad. 

Mientras escuchaba a Ahmet mi corazón comenzó a llenarse del amor que Cristo tiene por esta nación. Le pregunté si me dejaba orar por él y me dijo que sí. Después de orar me dijo: Siento mucha paz, muchísima paz. 

Entonces comencé a explicarle que uno de los nombres de Cristo es Principe de Paz, y que Jesús vino a la tierra para que tengamos paz con Dios y perdón de nuestros pecados.  Por casi 40 minutos estuve explicándole lo que Cristo hizo en la cruz.

Ahmet me dijo: Se las consecuencias de seguir a Cristo, creo que podría perder mi trabajo, pero no tengo miedo, porque sé que si Él está conmigo podré afrontar lo que sea.

Ahmet se puso hablar con el pastor de la iglesia cuando conocí a otro hombre musulmán que estaba por la calle y decidió entrar a nuestro local. Le pregunté si me dejaba orar por él y dijo que sí. Entonces tuve una impresión de que tenía un dolor causado por un  un accidente y se lo pregunté. Dijo que sí, que había tenido un accidente de moto y sufría de constante dolor de cabeza. Oré por él y al preguntarle cómo seguía comenzó a sorprenderse y a reírse, dijo que todo el dolor le había desaparecido.  El hombre sanado se puso a hablar con uno de los líderes de la iglesia y enseguida entraron unos universitarios al local, los cuales se llevaron Nuevos Testamentos y nos dieron el contacto para reunirnos con ellos la próxima semana.

La verdad es esta noche me ha hecho ver que la cosecha se está acercando a este país. Jesús dijo que solo hacía falta levantar la mirada para ver que la cosecha está lista. Sigamos pidiendo al Señor de la mies que envíe obreros, para que ni una sola persona se pierda.