Orando en la Fnac

fnacAyer fue un día muy interesante, de esos donde la paciencia es probada desde que te levantas. Por la mañana fui al banco y un tramite que normalmente tarda 5 minutos tardó casi una hora. Perdí el autobús un par de veces y el metro tres.

Por la tarde tenía que estar en la Sala de Oración a las 17:00h, así que como tenía que ir al centro, aproveché para llevar un ordenador al servicio técnico de la Fnac (una tienda de aparatos electrónicos, música, etc..) que se encuentra a unos minutos caminando de la Sala de Oración. Llegué a la Fnac a las 16:40 más o menos y Daniel, el chico encargado del servicio técnico, me dijo que tardaría 15 minutos en arreglar mi ordenador, por lo cual decidí dejar el ordenador y tomar un café mientras esperaba a que lo arreglasen.

Para mi sorpresa, cuando fui a recoger mi ordenador, Daniel me dijo que estaba dando otros problemas y que tardaría un poco más.  El tiempo comenzó a pasar.. 20 minutos más, 30 minutos.. 1 hora.. yo estaba muy nervioso (aunque había avisado a la Sala de Oración que llegaría tarde), pero de repente pensé que no era casualidad que todo estuviera tardando más de lo normal y que seguramente Dios querría hacer algo. 

El fin de semana leí un libro (Healing Unplugged de Bill Johnson y Randy Clark) que enseñaba que muchas veces Dios nos habla con pequeñas impresiones, no necesariamente con grandes visiones sino con pequeños pensamientos que a menudo ignoramos porque solo son impresiones muy leves..

En la oficina de servicio técnico solo estábamos Daniel y yo, así que le pregunté a Dios que me mostrara algo acerca de Daniel.. y me vino un pensamiento de microsegundo que quizá tenía dolor de oído derecho. Yo no sabía muy bien cómo preguntarle.. no estaba seguro que fuera real y me daba vergüenza preguntar.. pero también se que si no rompía la barrera del miedo nunca comprobaría si Dios estaba hablando y perdería la oportunidad de ver a Dios moverse en la vida de Daniel.

Así que le pregunte: «Perdona, ¿de casualidad no te duele el oído derecho?». Daniel me miró con una cara de asombro y me dijo: «¿Por qué me preguntas eso?». Le respondí: «Soy cristiano, y a veces Dios me habla sobre el dolor de otras personas.» Me dijo: «No me duele el oído derecho pero tengo problemas de oídos, he perdido algo de audición en ambos oídos desde hace algunos años.»

Comenzamos a hablar un poco y llegaron sus compañeros de trabajo, no me atrevía a orar por él.. tardó unos 20 minutos más en mirar el ordenador y cuando por fin terminó y justo antes de despedirme, le dije: Daniel, ¿me dejas orar por tus oídos?  Pensé que me diría que no, pero para mi sorpresa me dijo que sí, entonces, le dije: Voy a orar aquí, ahora mismo. Y comencé a orar por él aunque sus compañeros miraban. Cuando terminé de orar me estaba yendo y Daniel me detuvo dándome un fuerte apretón de manos y para darme las gracias.

Antes de preguntarle a Dios qué quería hacer, yo estaba frustrado porque quería estar en la Sala de Oración, pero muchas veces Dios interrumpe nuestras agendas porque Él quiere hacer otra cosa. Me arrepiento de no haber hecho lo mismo mientras esperé por la mañana en el banco y en el andén mientras llegaba el metro.. seguramente Dios querría hacer algo en esos lugares también pero por no tomar un momento para preguntarle no supe qué.

Aunque la impresión que tuve de Daniel no fue al 1o0% acertada ya que no era el oído derecho sino ambos oídos, Dios lo usó para traer fe en Daniel y en mí. La próxima semana quiero regresar a la Fnac y preguntarle si ha notado alguna diferencia en su audición.

Pero incluso aunque hubiera fallado en «escuchar la voz de Dios» y Daniel no hubiera tenido ningún problema con los oídos (como me ha ocurrido en MUCHAS otras ocasiones), creo que aún así Dios lo hubiera usado para permitirme sembrar algo en la vida de Daniel.

Te animo a que mientras estás haciendo tus actividades normales tomes tiempo para preguntarle a Dios qué quiere hacer. Dios está deseando traer Su Reino a nuestro alrededor, en las situaciones más cotidianas.. cuando menos lo esperamos.. solo necesitamos estar atentos a Su Voz.

Un comentario en “Orando en la Fnac

  1. Bruno Rebelo dijo:

    All you have shared is true… I have experemented it dozens of times… No doubts that God many times interrupts or shift things in our agenda to catch our attention to minister to someone or even to protect us from danger… But I can either go further on this by saying that, God does ALWAYS want to communicate and minister through us with or without interruoting our agenda… There is always people to touch around us, we are not aware or sensible… We are called to be ambassadors of the Kingdom – and it is a full time condition for all believers. Even when everything is happening according to our plans (agenda), there are always what we call ‘dead breaks’ in our daily rotine, that are only ‘dead or improductive’ times because of our lack of awareness or comitment. There’s always a bus or metro stop, on a cue in a store, in traffic, waiting for someone to reach us, …, Why not commit ourselves to turn those ‘dead times’ in produtive times by touching someone, witnessing, reading, praying for and with someone… Why not be pro-active?… Being really relevant everytime and anytime. Thanks for sharing it… for being relevant with your words and your life testimony. Thanks for your commitment in transforming disgrace in Grace…

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