Si aún no has leído la primera parte de la crónica puedes hacerlo en este enlace: Primera Parte. Si ya leíste la primera parte entonces puedes continuar leyendo, 🙂 Es increíble lo que descubres de Dios cuando ves el «cuadro completo» de lo que Él quería hacer durante ese fin de semana en Aranjuez. Te animo a que tengas paciencia y leas cada historia de esta segunda parte de la crónica.
Diego y DJ Jumper
Mi equipo estaba formado por Brittney y Emily. Comenzamos a caminar por el centro de Aranjuez intentando hablar con algunas personas pero nadie quería hablar con nosotros. Entonces a lo lejos vimos una iglesia y nos acordamos que alguien en el grupo había visto la palabra «iglesia» antes de que salieramos de Madrid. Así que nos dirigimos hacia la iglesia y vimos personas saliendo de misa.
Entonces vimos a tres adolescentes sentados en el suelo de espaldas a la gente, un chico llamado Diego y dos chicas. Nos acercamos a ellos y comenzamos a hacerles preguntas acerca de eternidad. Las chicas comenzaron a ponerse nerviosas y a los pocos minutos se fueron. Diego comenzó a hablar con nosotros y nos hacía preguntas bastante interesantes sobre Dios. El corazón de Diego nos encantó, nos hablaba de una manera muy honesta y auténtica, nos dijo que si el cielo y el infierno fueran reales él iría al infierno. Al poco tiempo llegó su amigo Jumper y también estuvimos hablando con él.
Algo que me encantó de conocer a Diego y a Jumper es que estuvimos hablando con ellos al menos tres horas, sin prisas, bajo la lluvia, conociéndolos, hablando sobre la eternidad, sobre la importancia de arrepentirnos de nuestros pecados y sobre Cristo, pero también sobre nuestras familias, sus sueños, su vida y sus miedos. Jumper me habló sobre su afición por la música electrónica y Diego nos habló sobre su familia y muchas cosas profundas de su vida. Pude entender un poco más el corazón de Dios que se interesa por cada área de nuestra vida y conoce cada detalle de nuestras vidas, y de esa misma forma desea que le conozcamos.
Pablo, el vendedor de libros, sin saberlo alimentó a 9 personas
Mientras hablábamos con Diego y Jumper vimos a lo lejos a otro de nuestros equipos formado por Ramón, Shirley y Maru caminando a lo lejos. Horas antes ellos habían sentido ir al mercadillo de la ciudad y detenerse en un puesto específico donde un hombre vendía libros. Entonces comenzó a llover muy fuerte y ellos ayudaron a Pablo, el dueño del puesto, a recoger todos los libros y guardarlos para que no se mojaran. Mientras recogían los libros, Ramón, Shirley y Maru comenzaron a hablar con Pablo sobre la importancia de estar preparado para la eternidad.
Después de recoger toda la mercancía, Pablo le dio a Shirley un billete de cinco euros. Shirley explicó que nada de lo que hacemos es por dinero, pero Pablo insistió en darle el billete. Agradecidos, con ese dinero compraron tres barras de pan, un paquete de mortadella, una coca cola de litro y medio y una botella de agua. Pero ellos decidieron seguir caminando hasta encontrarse con otro equipo para poder compartir la comida. Fue entonces cuando vieron a mi equipo hablando con Diego y Jumper.
Ramón, Shirley y Maru también comenzaron a hablar con Diego y Jumper, a quienes les ofrecimos comida pero no quisieron aceptarla. Mientras todo eso ocurría no paraba de llover y hacía mucho frío, así que aprovechamos para seguir hablando con nuestros nuevos amigos. Les preguntamos a Diego y a Jumper si nos dejaban orar por ellos y comenzamos a orar por ellos en plena calle y a todo pulmón, poniendo nuestras manos sobre ellos y orando palabras específicas que sentíamos de parte de Dios para ellos. Mientras orábamos por ellos, el equipo formado por Nico, Mariana y Ana nos vieron a lo lejos y se acercaron a nosotros, sorprendidos de que estuvieramos orando con unos desconocidos. Ellos también pudieron comer bocadillo de mortadella. Sin darse cuenta, Pablo, el vendedor de libros, dio de comer y beber a 9 personas de nuestro grupo. Vimos la provisión de Dios de una manera tan real mientras nos preocupábamos por mostrar el amor de Dios a Diego y a Jumper.
Predicando en la plaza del ayuntamiento
Después de estar bastante tiempo junto a la iglesia, le pedimos a Diego que nos llevara a la plaza principal de Aranjuez para que predicáramos. Nos llevó a la plaza y ahí estaban otros de sus amigos. Seguía lloviendo en Aranjuez pero les preguntamos si querían escucharnos predicar.
Diego parecía no tener problema con escucharnos, así que comenzamos a predicar en medio de la plaza como si hubieran decenas de personas, aunque realmente los únicos que nos escucharon fueron Diego y sus amigos. Yo estaba impactado de cómo Dios había preparado cada momento y confiando en que la palabra de Dios no vuelve vacía. No nos importaba que lloviera ni el frío que hacía, porque todo merecía la pena cuando veíamos a Diego escuchar el mensaje de la cruz.
Dos chicas «hambrientas» hablando fuera de los 100 Montaditos
El tiempo pasaba y Diego y sus amigos tuvieron que irse. Los equipos que estábamos en la plaza decidimos volver a separarnos. Personalmente yo estaba muerto de frío, no sentía las manos, pero intentaba mantener un corazón agradecido y no preocuparme por nada más que buscar el reino de Dios. Llovía mucho y comencé a desanimarme. Casi no había gente en la calle y no sabía muy bien qué hacer ni a dónde ir. Entonces comencé a dar gracias a Dios por lo que Él estaba haciendo y adorarlo simplemente por quien Él es. En este tipo de viajes hay momentos emocionalmente duros, pero sobre las 8pm las nubes se quitaron y pudimos ver el sol!!! Tuvimos un par de conversaciones bastante interesantes con algunas personas y volvimos a ver al equipo de Nico, Mariana y Ana. Entonces comenzamos a caminar juntos y Ana y Mariana comenzaron a hablar con un grupo de amigas que estaban entrando a los «100 Montaditos» (una cadena de comida).
Lo sorprendente es que dos chicas de ese grupo decidieron no entrar a los Montaditos para seguir hablando con Ana y con Mariana. Sus amigas salían cada 5 minutos para insistirles en que entraran con ellas, pero estas chicas absorbían todo lo que Ana y Mariana decían. Me sorprendió el hambre espiritual de estas chicas, que a pesar de la presión del resto de sus amigas decidieron escuchar el mensaje de la cruz.
Un hombre marroquí nos invita un café y un chico jóven sanado de su tobillo
Seguimos caminando por la ciudad y hablamos con unos chicos adolescentes «skater» que no nos hicieron mucho caso. Entonces decidimos volver a la plaza principal del Ayuntamiento ya que con el sol había mucho más gente caminando por la ciudad. Cuando llegamos nuevamente a la plaza del ayuntamiento nos encontramos con el equipo de Ramón, Shirley y Maru. Ramón estaba muy emocionado y nos quería contar todo lo que Dios había hecho en el tiempo que nos separamos así que decidí grabarlo en vídeo para que podáis escuchar este testimonio de primera mano:
La mujer maltratada por su esposo
Seguimos en la plaza del ayuntamiento y ahí nos juntamos todos los equipos. Incluidos los equipos que comieron en la casa del hombre del que escribí en la primera parte de la crónica. El resto de la tarde hasta la noche estuvimos predicando y hablando con la gente en esa plaza. Una de las personas con las que hablamos era una mujer cristiana que era maltratada por su marido. Lloramos con ella y oramos por su situación. Entendí que es importante escuchar a las personas y conectar con su dolor. Cada persona que vemos en la calle tiene una historia que desconocemos, pero que si dedicamos tiempo a escuchar nos podemos sorprender.
Mujer sanada de un dolor de mano
En esa misma plaza había un matrimonio, una mujer que tenía una venda en la mano y su marido que estaba en silla de ruedas, con esclerosis múltiple, que solo podía mover la cabeza pero no podía mover ninguna parte de su cuerpo. Comenzamos a hablar con ellos y entonces le preguntamos a la mujer si nos dejaba orar por su mano. El dolor se le fue completamente!!! Podéis ver la reacción de esta mujer después de que oramos por ella:
Hombre comienza a mover los hombros
El esposo de la mujer sanada del dolor de mano estaba sorprendido de lo que su mujer decía. Se respiraba fe en el ambiente así que le preguntamos si nos dejaba orar por él. Este hombre no podía mover nada de su cuerpo, solamente su rostro. Después de orar comenzó a mover los hombros, fue algo impresionante. Yo quería llorar de la emoción que tenía. Él nos dijo que de cada 100 veces que su cerebro ordenaba a sus hombros moverse solamente respondía 1. Y después de que oramos nos dijo: Ahora he mandado 3 veces y las 3 veces mis hombros han respondido. Podéis ver el vídeo, prestad atención a lo que él dice y la sonrisa que pone al final del vídeo, es maravilloso lo que Dios hizo!!!
Queen Aranjuez
El tiempo pasaba muy rápido y comenzó a volver a hacer frío. Hablábamos con muchas personas y la presencia de Dios era palpable en la plaza. Ya era la medianoche y no sabíamos cómo ibamos a dormir. Seguíamos en la plaza principal hablando con los jóvenes que estaban en la plaza. Yo no aguantaba el frío y tenía mucho sueño. Entonces comenzamos a orar para que Dios proveyera un lugar para dormir y no pasar frío. Yo le pedí a Dios que enviara a alguien pronto pero que no quería pasar más frío, estaba temblando y no podía mover las manos. Entonces se acercaron dos chicas que repartían flyers de discotecas y nos dijeron si queríamos ir a una. Yo les dije que no teníamos dinero y que lo que necesitábamos era un lugar para dormir.
Entonces la chica me dijo que podíamos ir a la discoteca y al menos no pasar frío en la calle. Minutos antes yo le había pedido a Dios un lugar donde no pasar más frío, así que le dije que iríamos pero que nos esperara a que terminaramos de hablar con unos jóvenes a los que estábamos evangelizando. La chica estaba sorprendida de que fueramos cristianos, pero quería ayudarnos a no pasar frío. La discoteca no era el lugar que me imaginaría como respuesta divina, pero Dios tenía un plan increíble que no nos imaginábamos. Nos esperaron alrededor de 1 hora y a la 1 de la mañana fuimos a una discoteca que se llama Queen, casualmente había una fiesta llamada «Mustache Party» y nos regalaron «bigotes» de papel.
Cuando entramos a Queen comencé a darle gracias a Dios por tener un lugar para protegernos del frío. La música sonaba y la gente llegaba con mucha energía para bailar. Algo que ocurrió en ese tiempo es que Shirley se encontró algunas monedas en el suelo de la discoteca. Al principio teníamos mucha adrenalina de todo lo que estaba pasando, pero el sueño nos ganó y comenzamos a quedarnos dormidos en algunas sillas y en el suelo. Una hora y media después el jefe de seguridad nos despertó y nos dijo que dábamos mala imagen a la discoteca y que teníamos que irnos a nuestra casa. Así que a las 3 de la mañana nos salimos de Queen y uno de los chicos de nuestro equipo comenzó a hablar con el jefe de seguridad explicándole toda la historia. El jefe de seguridad estaba muy sorprendido y nos dijo que si él hubiera sabido nuestra historia nos habría dejado dormir. De hecho nos invitó a volver a entrar y a dejarnos dormir siempre que no fueramos muy descarados para que la gente no se diera cuenta. Nosotros decidimos no entrar ya que sentíamos que Dios tenía algo más. El tiempo pasaba y el frío era cada vez más intenso. No sabíamos muy bien qué hacer así que decidimos ir hacia la estación de autobuses e intentar volver en un bus nocturno hacia Madrid.
Inti, Alex y los 18 peregrinos
Eran las 3 de la mañana. Habíamos caminado a penas algunos metros alejándonos de la discoteca «Queen» cuando vimos a un grupo de amigos que estaban de fiesta y vi que uno de ellos caminaba con dificultad. Le pregunté qué es lo que le ocurría y nos dijo que le dolía la rodilla. Le preguntamos si nos dejaba orar por él y nos dijo que sí. El dolor le disminuyó pero no se le fue completamente. Después de orar le dije que si conocía dónde podríamos dormir 18 personas que no tenían dinero. Sorprendido me dijo que su amigo «Inti» tenía una casa donde cabían 18 personas. Le dije que si podía preguntar a su amigo si pudiera hospedarnos. Su amigo Inti, un chico de aproximadamente 19 años, «casualmente» nos había visto predicar en la plaza del ayuntamiento horas antes. Y sin conocernos de nada más, nos dijo que su madre tenía una casa donde cabíamos 18 personas pero que teníamos que caminar durante al menos 1 hora. Sus madre y su padrastro estaban fuera durante el fin de semana y la casa estaba vacía. Su única condición era que un amigo suyo llamado Alex quisiera venir también, ya que quería que alguien que él conociera también estuviera ahí. Alex accedió a venir. Me sorprendió que quisiera dejarnos dormir a 18 desconocidos. La mano de Dios era evidente. Caminamos durante más o menos 70 minutos. Mientras caminamos Inti le dijo a su amigo Alex: Nunca le digas a nadie que dejé dormir a 18 peregrinos en mi casa.
Llegamos a casa de Inti casi a las 5 de la mañana, agradecidos por su generosidad. Nos ofreció la comida que tenía. Cuatro chicas del grupo durmieron en camas, otros tantos en sofa y los demás en el suelo.
Dormimos algunas horas que nos sirvieron para descansar el cuerpo y quitarnos el frío. Al día siguiente salimos de casa de Inti sobre las 10 de la mañana. Antes de irme le hice foto a su casa.
Alex y la vuelta a Madrid
Al día siguiente mientras caminábamos a una parada de autobús que estaba cerca de casa de Inti una de las chicas del grupo se acercó a mí y me dijo que tenía que hablar conmigo. Entonces me dijo que el equipo pastoral de nuestra iglesia local le había dado un sobre el viernes destinado a nuestra vuelta. Nadie del grupo sabía acerca de la existencia de este sobre. Cuando lo abrimos había 40€ y la escritura de Filipenses 4:19. Cuando nos subimos al autobus para pagar nos llevamos una sorpresa, volver 18 personas a Madrid en autobus costaba 75€. Así que la conductora nos dijo que era considerablemente más barato volver en tren. Tuvimos que volver a caminar mas o menos 70 minutos para llegar a la estación, estábamos cansados pero fue un tiempo increíble para hablar con Alex, el amigo de Inti. Alex es católico ortodoxo y estaba muy sorprendido de nuestra historia. Pude compartirle mi testimonio y hablarle de muchas de las cosas que Dios ha hecho en estos meses. Su corazón absorbía cada palabra que le compartíamos.
Al llegar a la estación de tren nos faltaba solo 1,80€. Parecía ilógico que tuvieramos el dinero necesario para que pudieramos volver pero que nos faltara solo 1,80€. No queríamos pedir el dinero a nadie y realmente yo estaba algo preocupado. De repente se acercó un señor a preguntarnos qué es lo que nos pasaba y le dijimos lo que pasaba. Él se ofreció a darnos el dinero que faltaba y pudimos comprar todos los billetes para volver a Madrid.
El tiempo en el tren fue increíble. Tuvimos un par de conversaciones con otros dos viajeros. Creo que esto es lo que más me gustó de este viaje, el poder compartir con todas las personas que se nos pusieran en frente, en usar nuestra energía para establecer el reino de Jesús y compartir el mensaje de la cruz con todo aquel que quisiera escucharnos.
Este viaje fue uno de los más cansados para mí por las condiciones metereológicas que experimentamos. Pero al ver el «cuadro grande» de todo el fin de semana y ver lo que Dios hizo en tantas vidas volvería a hacer este viaje mil veces más. No importa renunciar a nuestra comodidad con tal de ver a Jesús en medio de nosotros y ver su mano tocando las vidas de las personas que están a nuestro alrededor.
Si buscas primero el reino de Dios, todo lo demás viene añadido. Todo. Espero que este tercer viaje os haya retado y animado. Tenemos un Dios que ama a las personas con una pasión desbordante, un Rey que dio todo para que estemos con él, y que quiere salvar todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo.
Guau, impresionante… ¡Gloria a Dios!
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Fantastico… Gloria a Dios. Dios vos bendiga…
BR
Gloria a Dios para todo!!! que fuerte, impresionante. me encanta ver como Dios guie cada paso y usa personas especificas para ayudar pero tambien benice a personas especificas – con nombre y apellido – a traves de vosotros.