Hay una parte del corazón de Dios que nunca llegas a conocer hasta que decides morir completamente a tu carne. Este segundo viaje «cómo los discípulos» me ha sacudido de una manera que nunca imaginé. Pensé que estaría más preparado por haber realizado el primero, pero Dios quería revelarse de una manera completamente nueva a nosotros.
El destino que Dios eligió para nosotros fue Toledo, lo cual nos resultó muy curioso porque el destino anterior fue El Escorial, ambas ciudades muy emblemáticas por la historia que tienen. Sin haberlo planeado, fuimos 12 personas, de las cuales 6 habían estado en el primer viaje y 6 era el primer viaje que hacían de estas características: sin dinero para volver, sin comida, sin agua y sin saber donde dormir, con la única misión de predicar la cruz y sanar enfermos.
Nos dividimos en cuatro equipos de 3 personas cada uno, dejando que fuera Dios quien nos uniera a la hora que Él quisiera y donde Él quisiera, nuestro único horario y plan era escuchar la voz del Espíritu Santo para guiarnos en cada paso que dábamos. Cuando llegamos a Toledo y atravesamos el arco de la entrada de la ciudad comenzamos a declarar que Toledo sería una ciudad llena de luz, Dios nos mostró que quería liberar a los cautivos y le dimos gracias a Dios por permitirnos ser parte de lo que Él quería hacer este fin de semana.
Mi equipo comenzó a caminar por el casco antiguo y a recorrer la ciudad sin prisas, hablando con las personas que nos encontrábamos y ofreciendo oración a los enfermos que nos encontrábamos. No teníamos cronómetro así que algunas de nuestras conversaciones duraban entre 20 y 40 minutos. Teníamos algunas palabras que el Espíritu Santo nos había dado pero no tantas como el viaje anterior, esta vez dependíamos segundo por segundo de su dirección.
Recuerdo que a las 3 horas de estar ahí comencé a sentirme cansado y le pedí al Espíritu Santo que nos diera dirección para seguir el camino, pero a ninguno nos decía nada, comencé a frustrarme porque eso no era lo habitual, normalmente nos muestra imágenes o personas que nos encontraremos, pero esta vez no escuchábamos nada. A los pocos minutos vimos a 200 niños de un colegio católico correr hacia nosotros cantando villancicos y con un estandarte muy grande que decía «Id por todo el mundo y predicad el evangelio». Me quedé impactado.
Brittney tuvo la visión de un hombre tocando guitarra y la impresión de que era alguien conocido nuestro. Seguimos caminando y no veíamos a ningún músico en la calle, pero a los pocos minutos vimos un cartel pegado en la puerta de una tienda, mostrando a un hombre tocando la guitarra. Nos acercamos a observar el cartel y vimos que era un anuncio de una marca de guitarras de la que conocemos al dueño, con lo cual confirmó la visión anterior. Nos detuvimos a hablar con los dueños de la tienda y vimos como sus rostros iban teniendo más y más revelación de la cruz y de Cristo.
Después de hablar con ellos seguimos nuestro camino, ya habían pasado algunas horas y teníamos hambre, así que fuimos a pedir un trozo de pan a un restaurante, el dueño comenzó a gritarnos y a decirnos que sólo éramos un grupo de jóvenes caprichosos, pero aún así nos dio un trozo de pan.
Oramos por el trozo de pan y pedimos a Dios que lo multiplicara no solo para nosotros sino para el resto del equipo, al momento vimos a una mujer en el suelo con un cartel de «Tengo hambre» y le dimos el pan que nos acababan de dar. Aunque nos dolió porque era lo único que teníamos de comer, sabíamos que ella lo necesitaba más que nosotros y se lo dimos.
Continuamos andando cuando vimos a dos de los equipos en una esquina, se habían encontrado por «casualidad» y nosotros acababamos de llegar ahí. Todos tenían hambre pero sabíamos que si Dios nos había reunido era para que predicaramos en la plaza principal. Eran más o menos las 17:00 cuando comenzamos a predicar encima de una tarima de madera, y fue cuando comenzó una gran aventura. Predicamos el mensaje de arrepentimiento y fe en Cristo, retando a la gente a morir a lo superficial y a entregar su vida al único digno de verdad, habían muchos adolescentes escuchando.
Al terminar se acercó a hablar conmigo Álvaro, un chico de 13 años, diciendo que al escuchar la predicación le habían dado ganas de ser cura. Comencé a preguntarle acerca de su eternidad y él continuamente me hablaba de que se confesaba cada semana y que sabía que Dios lo perdonaba cuando se arrepentía. Le pregunté que qué pasaría si muriera en ese momento y su rostro cambió, tuvo convicción de pecado y supo que iría al infierno. Le pregunté: «qué pensarías de una persona completamente inocente que recibiera el castigo por ti», sus ojos se llenaron de quebranto y me dijo: no tendría palabras para describir a alguien así. Luego le pregunté si sabía de quien estaba hablando y me dijo: «Sí, me estás hablando de Cristo verdad?». Álvaro fue una de las muchas conversaciones que hubo en la plaza.
Volvimos a predicar al aire libre y esta vez ocurrió algo muy interesante. Heiko, un chico alemán, del cual más adelante sabríamos que era un militar haciendo el Camino de Santiago, comenzó a insultarnos en alemán mientras nosotros predicábamos. Lo que él no sabía es que en nuestro equipo había una chica alemana, Rahel, quien al escucharle insultarnos le habló en alemán para confrontarlo y él se quedó con una cara de absoluta vergüenza.
Terminamos de predicar y se unió a nosotros el 4º equipo. El chico alemán estuvo hablando con Rahel sobre lo que le parecía nuestro mensaje y Rahel le explicó quienes éramos y por qué habíamos venido a Toledo. Él le dijo a Rahel que él también dormía en la calle porque le habían robado mientras hacía la ruta del Camino de Santiago, su única pertenecía era un saco de dormir (sleeping bag) y 20 euros. Cuando supo que no teníamos comida fue a comprarnos pan, mortadella, galletas, refresco, tomates, aceitunas y atún para que comieramos!!! Los 12!!!! No nos lo podíamos creer, quien antes nos insultaba ahora nos bendecía con la comida.Heiko estuvo hablando con nosotros hasta las 23:50h, haciéndonos preguntas y viendonos predicar, orar por enfermos y a personas ser sanadas!! Creo que nunca volverá a ser el mismo!
Durante el tiempo que estuvimos predicando y hablando con personas oramos por un hombre que quería suicidarse, se acercó a nosotros a pedir ayuda, le explicamos que Cristo quería liberarlo de esta gran mentira y comenzamos a ordenar a cualquier espíritu demoniaco que le dejara libre. Se notaba que estaba peleando una gran lucha interior. Al terminar de orar por él se alejó de nosotros algunos metros y comenzó a llorar, supimos que cadenas estaban siendo rotas.
Es muy dificil describir todo lo que vivimos. Hablamos con muchos hombres y mujeres, oramos por una mujer que tenía dos años con un problema en la rodilla y comenzó a correr en la plaza llena de alegría, no paraba de gritar: «ay, va, el dolor se ha ido! Me has dejado como nueva!» mientras corría delante nuestro. Lo cierto es que no oramos por tantos enfermos como en el viaje anterior.
Este viaje estabamos experimentando otra parte del ministerio de Jesús. Nos acercamos a un hombre paraplégico acompañado de su esposa. Le preguntamos al hombre si nos dejaba orar por él y nos dijo que sí, todo el dolor que tenía se le fue pero no fue sanado de la paraplegia, aún así le dimos gracias a Dios por lo que Él estaba haciendo y no nos ofendimos por lo que no había ocurrido. Lo que sí percibimos es que Dios quería restaurar su matrimonio y les pedimos que orasen el uno por el otro, el esposo por la esposa y al revés. Algo muy fuerte ocurrió en ese momento, sentimos que algo se rompía en lo espiritual. Luego nos enteramos que ella le había sido infiel y aunque él la había perdonado aún había dolor en su corazón (mientras tanto el chico alemán seguía con nosotros, observando todo lo que estaba ocurriendo).
Comenzó a anochecer, ya eran las 24:00, habíamos hablado con muchas personas, orado por otras tantas y el frío comenzaba a hacerse más fuerte. Seguimos hablando con gente mientras algunos del equipo comenzaron a preguntar en hostales y hoteles si nos dejaban dormir gratis. Regresaron sin ninguna buena noticia.El tiempo pasaba, el frío se hacía más pesado y tenía mucho temor a pasar la noche al aire libre. Comenzamos a ir de hostal en hostal y de hotel a hotel, orando e intercediendo para que hallaramos gracia.
Mientras caminabamos vimos una pizzería que estaba cerrando y preguntamos al chico que atendía si le sobraba algo de comida, le explicamos quienes éramos y nos dijo que le costaba creernos pero que nos creía y nos dio 2 pizzas familiares!!! Más que suficiente para los 12!! Nos detuvimos a cenar pizza y a darle gracias a Dios por la comida abundante que nos había provisto a lo largo del día.
Seguimos preguntando en lugares y cuando ya habíamos perdido la esperanza, entramos a un hotel bastante grande y bonito «por si acaso», para nuestro asombro, el recepcionista nos dio permiso a los 12 de pasar al lobby y dormir en los sofás!! Era un TREMENDO MILAGRO. Había calefacción y de hecho hacía calor. No me lo podía creer!! Dios nos daba un lugar para cuidarnos del frío y dormir cómodos. Estuvimos hablando con el recepcionista y al día siguiente nos dijo que para él había sido una gran bendición quedarnos allí y hablar con él, impartimos fe sobre su vida y estaba agradecido.
Esto me recordó que estos viajes no se trata de milagros de provisión o sanidades sino de personas con nombre y apellido, que Dios nos envía ahí porque ama a cada persona. A la mañana siguiente salimos del hotel a las 7:00h y nos dimos cuenta que durante la noche estuvo lloviendo y hacía un frío que dificilmente hubiéramos podido aguantar con nuestra poca experiencia.
Estábamos cansados y queríamos volver a Madrid. Nuestra primera reacción fue de ir a la estación de autobuses e intentar hacer lo mismo que en el viaje anterior, pero fue un fracaso, ningún conductor nos dejó subir y entonces fuimos a la estación de tren. El primer tren salía a las 9:25h, le explicamos nuestra historia a los guardias de seguridad y al «interventor» del tren, quien decide si nos puede o no dejar subir gratis. El interventor dijo que solo dejaría a 2 de nosotros ir en el tren y el resto tendría que quedarse. Le dimos gracias y 2 de nuestro equipo regresaron mientras 10 de nosotros continuamos allí.
El guardia de seguridad estaba conmovido por nuestra historia. Nos hacía preguntas, nos presentó a un cura católico para que le contaramos la historia y nos invitó a desayunar café con churros! GLORIA A DIOS 😉 Gracias a Dios habíamos comido y descansado, pero ahora comenzaba a matar nuestra carne de una manera más intensa.
Estábamos cansados y muy sensibles, nos notábamos menos pacientes los unos con los otros. Ningun «interventor» de los siguientes trenes nos dejó subir aunque estuvimos ahí hasta las 13:00h esperando por si hallábamos gracia. Comencé a sentirme muy nervioso por querer regresar a Madrid pero no sabía que Dios aún quería hacer más cosas en Toledo.
Cuando comenzamos a sentirnos muy nerviosos Dios nos llevó a leer Efesios 4 donde nos confrontó por nuestras actitudes y poca paciencia a los unos por los otros, y lo más interesante, nos pedía subir a lo más alto de la ciudad, justo donde estaba la plaza donde predicabamos.Yo no quería subir a la plaza principal ya que estaba muy cansado físicamente, pero decidí obedecer la palabra y el resto del equipo sintió lo mismo. Me di cuenta que la palabra de Dios pone todo en la perspectiva correcta e imparte fe para cada situación en donde la necesitamos.
Cuando llegamos a la plaza principal comenzamos a predicar y la presencia de Dios bajó de una manera muy especial. Dios estaba hablando a Toledo de la misericordia de Cristo a través de la cruz, la plaza estaba llena de gente, mucho más que el día anterior, nos dieron ganas de llorar y nos dimos cuenta que el amor de Dios es mucho más grande de todo lo que podemos imaginar o experimentar y que Él de verdad no quiere que nadie perezca y que todos procedan al arrepentimiento.
La ciudad había escuchado el mensaje de la cruz y ahora estaba en sus manos el responder al mensaje de arrepentimiento y fe en Cristo. Comenzamos a hablar con personas, entre las cuales había unas chicas norteamericanas que al saber nuestra historia nos regalaron 20€ sin que se los pidiéramos, con ese dinero cuatro personas pudieron volver a Madrid. Solo quedábamos 6.
Teníamos hambre y Dios nos proveyó de comida árabe! El dueño de un restaurante nos dio tanta comida que nos sobró! Predicamos una última vez antes de volver a bajar a la estación de autobuses. Llegamos a la estación a las 16:20h aproximadamente. No sabíamos qué hacer. Estamos cansados y con ganas de volver pero no ocurría nada. Nadie se acercó a nosotros, los conductores nos negaron el acceso al bus sin billete y sabíamos que la única forma era con dinero. Poco antes de las 17:00h, Dios nos dijo que esperaramos un poco más y que Él es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos (Efesios 3:20). A las 17:00h sabía que tenía que obedecer a esa palabra y morir a la vergüenza de «pedir dinero», con lo cual comencé a acercarme a las personas de la estación explicando la situación y pidiendo solo 5 céntimos (cuando en realidad necesitábamos 30 euros para volver los 6 a Madrid). Había preguntado a algunas personas y me habían dado algunos céntimos más de lo que había pedido.
Entonces me acerqué a un hombre que me dijo que era judío y mexicano. Comenzó a insultarme y a decirme que denigraba a mi país, que no debería pedir dinero. Intenté explicarle la situación pero no me dejó hablar, me dijo que aunque tenía mucho dinero no me daría nada. Al saber que era judío le dije que bendecía a su nación y que amaba a los judíos. Me respondió: no necesito tu bendición porque ya estamos bendecidos. Comenzó a decirme algunas cosas más y me dijo que fuera al bar a lavar platos para ganarme el dinero. Hicimos lo que él nos dijo y fuimos al bar de la estación a preguntarle al dueño si podíamos lavar platos, fregar, barrer, lo que fuera con tal de ganar algo de dinero para volver a Madrid.
Nos dijo que no pero nos dio 1 euro, así que me animé a seguir pidiendo a la gente. El milagro comenzó a venir cuando las personas comenzaron a darnos generosamente, 1 euro, 3 euros, 7 euros, 10 euros.. comenzaron a acercarse a nosotros a traernos dinero sin que nosotros fueramos a buscarlo más!!!!!! En menos de 10 minutos teníamos 30 euros para regresar a Madrid. No podía creerlo.
Compramos los billetes y regresamos a casa, intentando digerir tantas conversaciones, tantas caras, personas, nombres e historias. Retados a creerle más a Dios y a seguir viviendo para Él. Sabiendo que Europa necesita que la novia de Jesús se levante a recorrer las ciudades y no solo a hacer campañas evangelísticas, predicando la cruz y sanando enfermos, mostrando el amor de Dios en nosotros y amándonos unos a otros.
Dios es tan Fiel!!! Gloria a Él por vuestro testimonio… Dios os siga bendiciendo y alentando a seguir adelante!!!
Gracias Mau…
Date: Sun, 16 Dec 2012 22:27:54 +0000 To: adai84@hotmail.com
Que bendicion poder saber de esto, me reta personalmente a predicar el evangelio en mi ciudad (Cartagena- Colombia) de una manera muy diferente a como se hace en este país.
Muy impactante os felicito fuisteis muy valientes,pero el judio llevaba razón en algo porque Dios dice ( no pediras) prestado y Jesús ni los apostoles lo hacian porque eso no da honra y honor a Dios, pero entiendo que todos estamos aprendiendo a correr la carrera de la fe y de corazón,os animo a seguir siendo un testimonio vivo del amor de Dios.Shalom
Hola Isabel, gracias por tu aportación, la verdad es que no pedimos «prestado», simplemente pedimos. Lo mismo que Cristo hizo cuando pidió el pollino blanco, lo mismo que el mendigo de la puerta Hermosa hizo cuando pidió a Pedro y a Juan y recibió más de lo que pedía.
Dios realmente està con quien cumple sus mandatos. Cuanto me alegrO!!! uN ABRAZO
Gracias Mau!!! Que bueno saber de las cosas que nuestro Dios está haciendo ahí en Madrid. Os echo demasiado de menos y me alegro por el estilo de vida que intentan a seguir. Me encantó saber que Dios aún nos habla de maneras increíbles y manifesta su poder a través de milagros muy grandes. Gracias por compartír y que Dios bendiga a todos del proyecto sino también a toda Espana que necesita escuchar sobre la cruz de Cristo y la vida eterna. Besos a todos, desde Brasil
Maravilloso es la palabraque viene a mi mente cuando leo estas lineas .Dios usa nuestras vidas cuando nos disponemos para El y lo hace de forma inimaginablemente maravillosa..adelante y bendiciones ….desde Colombia ..
Gracias por venir a mi ciudad a evangelizar. Me crié en Toledo, aunque vivo en Madrid. Soy cristiano católico, pero si un día os encuentro predicando (y mis padres no están en casa) os meto a dormir en mi casa o me quedo a dormir con vosotros en la calle…
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Dios te bendiga:
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Javi
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PD: El domingo por la mañana es gratis la Sinagoga del Transito, una sinagoga del siglo XIV, y el domingo por la tarde es gratis la catedral (visitar el edificio). Si vais por allí no dejéis de pasar a verlo, creo que son dos de los lugares más bonitos de Toledo.
De hecho, si volvéis en plan turístico os puedo hacer de guía. No sé historia ni arte, pero conozco bastante bien los edificios y otras cosas…
PPD: Reflexionando un poco, parecéis monjes franciscanos de la edad media, ellos predicaban la Palabra de Dios y pedían para vivir (eran ordenes mendicantes o al menos ese era la idea), estaban desposados con la dama pobreza…
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Que hermosssssoooooooooooooooo testimonio!!!!
Soy boliviana, y nunca había visto tanta fe, muchas gracias por compartirlo!!! les quiero por su amor y bondad!