Tener hambre es un signo de buena salud. Cuando una persona no tiene hambre nos preocupamos porque significa que algo no está bien en su cuerpo. Lo mismo ocurre en lo espiritual.
Cristo dijo que los que tienen hambre y sed de justicia son felices, espiritualmente prósperos, afortunados y bendecidos porque serían completamente saciados. (Mateo 5:6, Amplified Bible).
¿Cómo podemos saciarnos si no tenemos hambre? ¿Cómo podemos comer el pan de vida y beber el agua de vida si no tenemos hambre y sed?
Quizá te encuentras en un punto de tu vida donde sabes que has perdido interés y hambre espiritual. Te animo a que le pidas a Dios que te de hambre. No te conformes con ir a las reuniones semanales de tu iglesia, busca a Dios en el día a día, cuando nadie te ve, búscalo y lo encontrarás.
Impactar nuestra generación requiere tener la humildad de darnos cuenta que nunca tendremos lo suficiente de Dios en nuestra vida. Siempre podremos tener más de Él porque Él es infinito. Si anhelas más de Su presencia verás el fluir de su Espíritu y contagiarás a otros a apasionarse por Dios.
Pregunta: ¿Cómo podemos ver a Dios moverse en nuestra vida si no deseamos más de Él?
Bueno, creo que Él es lo más importante, yo le pedí a Dios que la Biblia fuera mi libro favorito, porque no quería que lo fuera una estúpida novela y empecé a sentir unos consuelos al leer la Biblia (Consuelo en católico significa sentir bonito y agradable de parte del Señor) creo que ahora es mi libro favorito… Lo prefiero a cualquier otro…